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A mis 16 años

Últimamente ando triste, no he podido encontrar a alguien parecido aquel personaje cruel de novelas de ficción, ese pequeño Diablillo que jugaba con mis pechos,y tocaba mi vocación femenina, que se alimentaba de mis glándulas mamarias y me hace sentir como una reina libre y sin opresión, luego de mi sobredosis alcohólicas, ni más lo volví a ver, todas las noches le rece al cielo, para que lo trajiese de vuelta, pero, por mis estupideces lo perdí, una vez quise buscarle, por poco, y cae, pero nuevamente por mis estupideces lo perdí, lloraba, lloraba y lloraba, en mi seno lo envolvi, me tomaba con un sorbo grato de su aliento, dichoso y con sabor a canela. Recuerdo que una vez lo vi, estaba sólo, en un recital de musica, por un momento pensé: "es el destino, no es casualidad, estoy a poco centímetros de su silla", todo fue tan lento, hasta que, la vi, una mujer mayor que yo, lo tenía entre sus manos pálidas,y el la miro una sola vez, estaba tan concentrado cuando el jazz abrió paso al telón, el era café de Colombia, lo era todo; y aún así, después de hacer el amor, me amaba con más fuerzas, con más ansias, con más celos, éramos dos, era el mundo a nuestro paso, su pálido parecer aterrorizaba a cualquier turista, a cualquier satánico, a cualquier religioso, era perfecto mirar el criollo brillo de sus ojos santandereanos, era refrescante ver sus gestos debajo de mi cuerpo, con un mano tocaba mi corazón y la otra la tenía en la cintura, eso ayudaba a moverme mejor, nunca más lo intente, estoy esperando que el pálido rostro se asome, en el parque, como ese primer momento en que nos planteamos una primera cita, sin conocerlo, sin haberlo visto antes, toque su provocativa nalga, y quería desnudarlo en ese instante, y eso que aún era virgen... Autor: Andrea s

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Me encanta masturbar a una mujer.

Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó

Poema Amor Verdadero de William Shakespeare

No, no aparta a dos almas amadoras adverso caso ni crüel porfía: nunca mengua el amor ni se desvía, y es uno y sin mudanza a todas horas. Es fanal que borrascas bramadoras con inmóviles rayos desafía; estrella fija que los barcos guía; mides su altura, mas su esencia ignoras. Amor no sigue la fugaz corriente de la edad, que deshace los colores de los floridos labios y mejillas. Eres eterno, Amor: si esto desmiente mi vida, no he sentido tus ardores, ni supe comprender tus maravillas.

EL FINAL DE UN LIBRO DE AMOR

T odo ser humano tiene su don, su talento, su propósito, así mismo, todo artista dedicado tiene su gran obra maestra, su best seller, algo maravilloso que lo impulsa al estrellato, al reconocimiento o que lo deja en memoria eterna para el resto que queda y los que han de venir, algo que nunca jamás volverá a existir a los ojos de los hombres, y eso debes saberlo; sino encuentras la respuesta en el plano físico de tu gran obra, tal vez tu mejor obra, tu gran obra maestra seas tu mismo. Tuve un primer único amor, así que, toma con calma esta despedida… Aquí  estoy haciendo mi gran obra en ti, tratando en de encajar en un lugar pequeño, apretado, vacío, pálido, incompleto, insensato y muchas veces grotesco con personas a las que creí conocer; y no hablo de sueños, ni de espacios, ni de personas. Fluyendo en el limbo a tu lado, sin saber lo que me espera mañana. Y justo aquí, en este justo momento donde despierto de un mal sueño de muchos años, ha venido una premonición que revela el re