Hubo una vez un titiritero, de aspecto perteneciente a la ultima palabra de los juegos bolivarianos, que manejaba a su antojo el tiempo, que manejaba títeres y muñecos a su manera; pero el titiritero me contó en cierta ocasión, que no siempre domaba todo a su gusto; me sugirió un poema para dedicarte, mientras yo escuchaba lentamente sus palabras veteranas al amor. "Posiblemente estas a kilómetros de mi, la lejanía me preocupa; cuando no estas, empieza el desespero, presiento que no te veré un día tras día, y puede que no te vea matutina mente, como lo deseo hacer, pero, hay algo extraño, que me permite pensar en ti cada día de mi vida, y queriéndote con frecuencia cada vez mas" sus palabras me llenaron de aliento, y pude recoger una a una mis lagrimas derramadas. Hoy puedo decirte con firmeza, que te estaré esperando, anhelando verte cada mañana, acobijare tu cuerpo tibio, tomare sin control el color pálido de tu piel cada noche, contare uno a uno, los vellos que en linea re