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Mostrando las entradas de 2019

Planos platilinas

Primerísimo plano de nuestras manos plastilinas, una encima de la otra como queriéndonos decir algo, los dedos trenzados imperfectamente como dos masillas flexibles, moldeandose alternas al Tiempo, esta obra de fascinación que rompe la cuarta pared. Homogéneos, volátiles, inverosímiles, fugaces. Cálidos cual rescoldo ante las figuras mitológicas que se forman en el techo del cielo fruto de la Luz que corre bajo esta creación. Danzando ante las fotografías de un desconocido obsesionado por verte a ti, por verme a mi, impresionado por la majestuosidad de nuestro talento al hacernos el amor. Nervioso de angustia ante el juicio del observador, no temas y déjame hacerte esclavo. desclavo, dos clavos de mis alas, y el clavo del amor. Primer plano de nuestras bocas oceánicas, de nuestro aliento, del suspiro del gozo de una mujer naturalmente vestida de vellos, de sudor, de estrías. Un hormigueo grueso y soberano que recorre el hueco de mi ombligo de mujer sedienta a las miradas de los

Líderes sociales en Colombia

¡Maldita sea! Maldita sea el grano de este pueblo miserable y católico. Maldita sea la tierra con olor a frutos virgenes, que me embriaga con sus engaños de rezo puritano, envolviendonos a todos cual planta carnívora que come mi lengua y mis gritos, que come mi carne y la escupe frente a la gente de este pueblo. ¡señores! Todos ciegos ante mi desnudez, ante mi frio, ante mi dolor. Maldito pueblo, ingrato y putrefacto, con olores a hambre y oscuridad. Piso firmemente sobre la carne podrida que dejo la guerra, para no quebrar en llanto desconsolado de este pueblo sediento de justicia. Maldita la tierra donde he nacido y los descendientes a los que ame. Recorri desde la alta guajira hasta la punta del amazonas, desde el extremo del choco hasta los llanos mas lejanos, y me enamoré de una tierra hipócrita, de la sonrisa de un niño, del viento que baja de la montaña, del agua que bebi de sus rios y cascadas. Me ha embrujado esta tierra para no dejarla, ¡Garzón! Amigo nuestro,

Un trago pasional

...aún recuerdo cada instante y con lujo de detalles, cuando tu cuerpo agitado saltaba sobre mi, los suspiros entrecortados que me animaban a no detenerme. tu boca a medio abrir y tú lengua inquieta, que mostraba el agrado de ser penetrada, unos tragos no llevaron a perder el control y aún cuando bebo en cada sorbo que tomo siento tu cuerpo ajitado y desnudo que me llama a la lujuria. Autor: Sergio Melendez