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Mostrando las entradas de mayo, 2015

panico en raices

Asertiva y liviana; Empecé a creer “believe”, sabía en el fondo de mi alma que pronto me salvaría de lo que se aproximaba, el peor miedo sin nombre, tuve que arrastrarlo conmigo desde mi infancia, era pesado me agotaba psicológicamente, me avergonzaba traerlo conmigo, alguien más debió sufrirlo para traspasarme hereditariamente esa maldición, ¿acaso me salvaría algo como el amor? “love”, parecía una locura, yo estaba más de aquellos lares que de estos terrenos físicos, parecía un palpitar incesante en mi corazón, por eso nunca lo escuche sinceramente, con tanta frialdad con tanta ansiedad, que me ahogaba, me deprimía y hasta el día de hoy aprendí a que uno vale más que sus errores, no hay peor miedo que tener miedo, solo tenía 7 años de edad, el peor episodio traumático que creía tener, algo secreto como un superpoder, algo que me hacía especial a los otros niños, quien sabe quiénes más lo vivieron; Se rieron de verme caer, me arrastre entre la arena del pavimento con las rodillas ens

El impulso del hombre detrás de la bocina

Tenia la voz chisposa, zumbaba en mi oido un: hola, espere a que te desocuparas para insistir que sólo necesito ser escuchado. De alguna forma esperaba su llamada, esto tiene lógica en mis criterios, cada noche se fue convirtiendo un instante de cielo. No es prohibido, no es intocable, no es pecado, sólo a veces necesitamos hallar la conexión que nos haga sentir amados o simplemente trasnochar para ser escuchados. No quiero hablar del costo, de las consecuencias, ya que es más que obvio que cuando salía la Luna; mi voz sonaba delirante, olvidadiza e inocente si se me permite decirlo. se preparaba el firmamento con el repertorio de canciones, en la bocina suya sonaba el gustazo de escucharme hablar, el se arrinconaba a buscar señal en alguna parte de su casa, solo para hablar conmigo, uno de los pretextos que me hicieron contestar sus llamados . Al principio era tan incómodo escucharle la voz a un desconocido con complejo demodelor de puerto riqueño o tal vez cubano, pero en sus llamada

lo que de verdad duele

Lo que de verdad duele. “Y si te lo perdono, seguro que lo olvido” -Noel Nicola. No, no dueles porque estés con él y me dejaras a mi Ni el pensar cuántos besos incontables han apilado en la cima de sus sueños Poco hace daño (y aquí mentiré un poco) el imaginarlos desnudos Y que le enseñes lo que yo te enseñé entre caricias y orgasmos Poco importa y duele que sonrieras por otra sonrisa Y que seas feliz me da cierto sinsabor a alegría. No duele que me enseñaras a escribir solo para ti Olvidándome de lo demás, porque en ese mundo de los dos, fui feliz. Lo que de verdad duele, lo que sí no te perdono Eran las palabras que apilaste para mi estadía mientras planeabas tu partida Esos no te vayas nunca para que te fueras en un por siempre Lo que duele es que pusieras semillas de sueños en mi pecho Y lo rosearas con mimos hasta verlos florecer Y en un momento inesperado lo arrancaras Para deshojar nuestras flores y preguntarte en cada pétalo Si él te quería o no te quería. Lo que aniquila es