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Mostrando las entradas de 2020

Antonia

Hay quienes temen a la noche, a la muerte, a los vivos o la ley, hay quienes corren de la responsabilidad, del pánico, de los delincuentes o de las deudas...Yo temía de ti. Eres Dueña, poseedora de mis contables pertencias, tengo una vida llena de baratijas, pero también soy dueña de muchos tesoros, cuentos nocturnos, poemas y sueños sacados del silencio. Mi cuerpo no solo me sorprendió, sino que nos bautizo entre miles de mares y tierras con tus pequeñas pestañas, que son testigos de este amor, los gestos perfectos de tu cara, ligeros de siestas en el dia, volátiles como una cometa alrededor de las estrellas tan relucientes sobre ti. La brisa parece susurrarme al odio cuanto me quieres, lo puedo confirmar cuando me asomó por la ventana y el reflector de la luna cae en la mitad de mi cama y al girar ahí estas, tan pequeña como un caracol de mar, con tu cabello muy fino como corales, con tu boca delgada y tu lunar hormiga donde los rayos del sol celebran tu existencia. Sueña un peq

Señora pobreza

Recuerdos que vienen  a mi mente Al recordar mis primeros versos De una niñez llenos de alegría y de felicidad,  Corriendo por el patio grande De la casa de mi abuela Tropezando y tropezando con aquellos naranjales, matas de limón y palos de guayabas Y luego entrando sin detenerme a la cocina, sintiendo el olor dulce de los postres de ciruela hechos por mi abuela, Recuerdos que vienen  a mi mente Al recordar mis primeros versos De una niñez llenos de alegría y felicidad,  Corriendo por el patio grande De la casa de mi abuela Aun recuerdo el trinar alegre de los libres pajaritos, Jugando y volando entre las hojas de los matarratones, Y ver nacer  muchas mariposas de colores Para luego desplegar sus salas y alzar  sus vuelos Buscando la serranía, “Allí te vi por vez primera señora pobreza” Mi sentir no entendía porque mi abuela te llamaba señora pobreza, Solo porque la olla de la cocina siempre permanecía vacía, no había ni pa un sancocho de gallina, ni un de arroz

Un adolescente no común

Actualmente estoy pasando por esos momentos en la vida de los jóvenes, donde casi nada tiene sentido, y muy pocas cosas resultan ser felices. Soy un joven de 16 años y padezco de ansiedad y depresión, pero cada trastorno tiene su explicación y mediante este escrito quiero dar a conocer mi historia, buscando de captar la atención del público   tratando de dar un mensaje, “no juzguemos a las personas que poseen estos trastornos, son tan valientes que se deben enfrentar a sus propios pensamientos todos los días”. Luego de una breve introducción a lo que será la historia de mi vida, deseo empezar a contar desde el momento en que nuestro destino se empieza a escribir en dicho mundo el cual habitamos, me disculparán si en algún momento tengo errores de ortografía o me expreso mediante algunas incoherencias, no es fácil para mí, plasmar en una hoja tantas ideas sin saber si estas tendrán  buenos frutos, sin alargar más mis palabras, empecemos. Hace 16 años llegué a este mundo, nací en un

Déjala

Era la cita de la semana, ese día entre el jueves y el sábado en nuestro nido secreto de amor incomprendido, velas, champán. Por un momento  me convertí en aquella que ha recibido lo ajeno entre sus piernas, con una saya corta casi trasparente y volátil, coqueta reflejando contra el espejo lo que parecía ser mi luna, con olores de un perfume que emborrachan cualquier ambrosía, quise borrarme de aquel paisaje sensual para secarme la inminencia de lo que parecía un torrente obsesionado de dominación. La inmoralidad sexual con la que imagino tu cuerpo bajo esta regadera de jardín, donde las flores nacen siendo rojas todas, al rojo vivo cómo este desasosiego de locuras, con el símbolo de una fantasía arrebatada de idolatría, de libertinaje y de una rivalidad por el cíclope de antología de tu cuerpo. Pero esa noche se hizo eternamente larga, porque nunca llegaste, sin embargo te tenía en mi mente y en mi fascinación, en esa incómoda y desesperante situación me acurruqué entre sollozos y e

Entre sueños

"Quien no fornique, pero lo parezca, está perdida; por el contrario, quien fornique con el mundo entero, pero se oculte, ésta es una mujer con buena reputación.” Marqués de Sade Se me escapan de las manos las ganas inmensas de estar contigo, me refugio en el sigilo   abrasador que retumba en mi cabeza para no contarte de los sueños que a media noche me despiertan, hambriento y excitado; te voy a Suplicar que disculpes mi torpe instinto de quererte hacer mía solo por una vez, aunque en mi astucia discierno que suspiras levemente por estos pecaminosos pensamientos que son tan naturales a la hora del deseo, lo sé porque observo como recorres tu cuerpo lujurioso sediento, insaciable, mientras culpas a tu fiera por desear lo que no puedes saciar, no tienes que decir ninguna palabra, Guarda silencio cuando no tengas nada que decir, ni reproches que eres una completa desconocida, despiértame cuando ya desemboque mi fuerza y mis curiosas ganas de desabrochar tu blusa para ver tus se