Caminaba cojo, desnudo.. con la soga en la mano derecha, sin dejar de mirar a la dulce maldita oscuridad que atormenta mi alma ¿acaso merezco este sufrir? No les basta con mirar mi rostro tajante y grotesco; enfurecido por haber nacido tan vil y feo, ante los ojos de los hombres, su expectativa de belleza, honor y gloria me repugnan; no es mi cuerpo digno de sus golpes y rencillas, es merecido escupir mi comida y mis ropas; sino que también excrementan mis sueños flojos cuando cae el dulce maldito sol; estupida la noche que reposa en la luna como cuartada en la pista de mis ojos putrefacto, maldito el ocaso que no merezco ver, dulce malnacido esprecto, hasta mi reflejo es razón de agobiantes días. he empezado a romper mi torso y los dedos tallando madera frente a los riachuelos, destrozando mis huesos, para recibir sus grandezas. Malnacidos mortales que suplican mi nombre para no perderse en el bosque de penumbras, terribles monstruos y bestias de la noche Dulce maldita oscuridad