Ir al contenido principal

Me hace miedo

Podría seguirme preocupando que hayas llegado a mi vida antes de tiempo, contra todo pronóstico y método anticonceptivo. Podría preocuparme el elevado precio de la pensión de tu colegio o las veces que te enfermas a media noche o la comida que no quieres comer. Todo eso podría preocuparme, pero no. Ver una película contigo o escucharte hablar de tu gato desaparecido o de esas cosas que te “hacen miedo” o que menciones entre recuerdos fantásticos a todos los miembros de mi familia mientras todo lo bello del mundo se refleja en tus ojos, disipa cualquier preocupación y convierte tu felicidad en mi causa.

No me preocupa nada que venga de ti, todo lo que me asusta viene de afuera.

Hace poco casi te caes de la rueda del parque, te abracé y te pregunté ¿Estás bien mi Pompis? y tú me respondiste “No me pasó nada, Papí, tranquilo. Estoy bien”, saliste corriendo y seguiste jugando y mientras jugabas, pensaba en todo lo que podría hacerte daño en ese instante a tu alrededor; en el pasa manos, en los perros grandes, en los carros, en la lluvia que se avecinaba. Pero aún así todo se veía inofensivo, sentía que de todo eso te podría proteger, ya fuera con una manta o subiéndote en mis hombros.

Después dentro de ese hermoso parque salieron a acecharme las más perturbadoras ideas de las que yo mismo no me puedo proteger. Vi a Donald Trump construyendo muros de violencia, lo vi rompiendo el tratado de París; vi cómo un loco terrorista manejaba un carro atropellando Penélopes; vi cómo se te acaba el agua del mundo; se te secaba esa agua que siempre me pides que te empaque en la maleta de la Sirenita antes de irte al colegio; vi cómo en un futuro los pandas- tus favoritos-, los leones, las jirafas, los picaflores y animales que tanto amas se extinguían de tu mundo, para volverse seres fantásticos, mitológicos como tu Sirenita. Vi a Rafael Uribe, te vi siendo atracada, secuestrada, ultrajada y todo ese sin fin de verbos malditos que este país lleva conjugando tan bien desde tiempos inmemoriales.

Hay noches en las que esas visiones no me dejan dormir, porque antes de que nacieras me aterraba la idea de que llegaras a cambiar mi mundo, mi economía, mi libertad, mi juventud. Pero ahora solo me aterra no poderte cambiar el mundo a ti, para que puedas tener tu economía, tu libertad, tu juventud, tu agua, tu felicidad, que sin duda es la mía.


Que te amo con locura en este mundo de locos.


Autor: Nicolás Dávila Castillo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Me encanta masturbar a una mujer.

Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó

Poema Amor Verdadero de William Shakespeare

No, no aparta a dos almas amadoras adverso caso ni crüel porfía: nunca mengua el amor ni se desvía, y es uno y sin mudanza a todas horas. Es fanal que borrascas bramadoras con inmóviles rayos desafía; estrella fija que los barcos guía; mides su altura, mas su esencia ignoras. Amor no sigue la fugaz corriente de la edad, que deshace los colores de los floridos labios y mejillas. Eres eterno, Amor: si esto desmiente mi vida, no he sentido tus ardores, ni supe comprender tus maravillas.

Guerra

Yo te miro y mi rabia te toca Cuando grito sin usar la boca Y mi furia se come a la gente Porque muerde aunque no tenga dientes El dolor no me causa problema Hoy los dolores recitan poemas El mundo me lo como sin plato El miedo a mí me limpia los zapatos El fuego lo derretí Hoy las pesadillas no duermen Porque piensan en mí Hoy puedo ver lo que el otro no vio Y los pongo a rezar aunque no crean en dios Hoy las lagrimas lloran antes morir Y a los libros de historia los pongo a escribir Que le tiemblen las piernas al planeta tierra Hoy yo vine a ganar Y estoy hecho de guerra Hecho de guerra Y estoy hecho de guerra Los pongo a rezar Soy el boquete Que dejó la bomba que cayó Lo que fecundó la madre que me parió Desde que nací soy parte de este menú Porque yo llegué al ovulo antes que tú Soy la selva que corre descalza En el medio del mar sobrevivo sin balsa Soy el caudal que mueve la corriente Los batallones que chocan de frente Mis rivales que vengan de