Lo que de verdad duele.
“Y si te lo perdono, seguro que lo olvido”
-Noel Nicola.
No, no dueles porque estés con él y me dejaras a mi
Ni el pensar cuántos besos incontables han apilado en la cima de sus sueños
Poco hace daño (y aquí mentiré un poco) el imaginarlos desnudos
Y que le enseñes lo que yo te enseñé entre caricias y orgasmos
Poco importa y duele que sonrieras por otra sonrisa
Y que seas feliz me da cierto sinsabor a alegría.
No duele que me enseñaras a escribir solo para ti
Olvidándome de lo demás, porque en ese mundo de los dos, fui feliz.
Lo que de verdad duele, lo que sí no te perdono
Eran las palabras que apilaste para mi estadía
mientras planeabas tu partida
Esos no te vayas nunca para que te fueras en un por siempre
Lo que duele es que pusieras semillas de sueños en mi pecho
Y lo rosearas con mimos hasta verlos florecer
Y en un momento inesperado lo arrancaras
Para deshojar nuestras flores y preguntarte en cada pétalo
Si él te quería o no te quería.
Lo que aniquila es el tener fe en ti
Por encima de todas probabilidades
Que estuvieran más allá de tu sonrisa.
Lo que destroza es llorar de tinta negra nuestros sueños
A una hoja insensible para volverlas barquitos de papel
Y arrojarla al lago donde nos quisimos,
Para creer que aún flotamos, que todavía no nos hundimos.
Lo que mata y me condena a la vida
Es saber que las canciones que te enseñé para los dos
Se lo cantes a otro en la intimidad, diciendo que antes de él no tenías un hogar.
En conclusión, lo que duele es que tomaras todas tus falsas promesas
Y la apilaras en una bala para fusilarme
Sabiendo que contigo
Nunca usé chaleco antipalabras...Autor: Billie Jean Madera
Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó
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