No había llegado tan lejos, desde que perdí partes del cuerpo en una guerra, que ni yo misma recuerdo, supongo que fue una batalla dolorosa, que marcó cicatrices en lo más profundo de los tuétanos y mis huesos, se sumaba la realidad a mi vida, empezaba a madurar de una forma drástica, no escribía líricas, era del común y me aproximaba a graduarme en contra el izquierdismo, no sabía que escribir, me parecía tonto y la flojera me cogía de una manera cruel y despiadada, el click de la pantalla era intermitente, lo mismo le sucedía al celular, pensaba demasiado, y era lo único que agradecía, lo que me mantenía consciente sin alteraciones, si alguien lee esté texto y puede entender esto... Escribanme. Autor: Andrea s
Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó
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