Fue algo atrevida, recuerdo que en aquel tiempo, sólo se alimentaba su ego, su egoísmo y su altivez, alimentaba a diario su pecho con noticias rebeldes, abuso del alcohol, Aspiro varios humos de cigarrillos (indirectamente desde muy joven), lo cual tuvo repercusiones durante los años de su juventud, inéditas historias que me rodean de esa chica, casi imposibles de contar, desamores e infamias me resguardaron hasta ayer, cometió errores y los corrigió, tuvo fracaso y nunca se rindió. En estos momentos me encuentro escribiendo sobre la biografía de una niña, que nació en el año 97, es muy inocente, confiada, tuvo miedo también, perdió, ganó, volvió a perder, tropezó, recibió varias pólizas de seguros (contra la monotonía y la estupidez), e hizo un curso de cocina, pero se quedó con el inglés, soñó con ser doctora, abogada, pintora, comunicadora y revolucionaria, no lo sé...tal vez; recibió golpes y alegrías, malas noticias y bebidas fulminantes, probó un mundo psicodélico, conoció el infierno del paraíso, y el paraíso del infierno, según parece, según me han contado esa joven es feliz, cambio su ritmo de vida, su círculo social, formateando su pasado, volvió a sonreír... Autor: Andrea s
Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó
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