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Conversión desproporcionada

Le di la espalda.
No sé que dicen mis ojos, mucho menos sabré que dicen los tuyos, el sentimiento de irrealidad crece. Parece una alergia incurable que carcome mis pies al intentar dormir, no puedo crear y pensar en amar, cuando el único objetivo es odiarte, dejándonos de extremos, intentar no recordarte, pero al hacerlo, lograr pasarlo por alto, tan alto que no toque el borde de la cama, ni las orillas del techo. No sé que dicen tus gruesos labios, no me preguntes, no sabria que decir, no reconozco mi voz, mucho menos leeré las sílabas de tus mejillas. No te rias mucho conmigo, que no conoces mis intenciones, y si  renuncias al amor tal vez me llegué a enamorar de ti, no pronuncies te amo, no lo diré, no hasta que te agotes del animal que soy. Todo esta tan planeado por ambas partes, que sabía que este día llegaría, en el que me preguntarias ¿qué hicimos? ¿como llegue contigo, a tal punto? ¿dónde me he metido, que ya ni zafarme puedo?. Fue el mismo monstruo insaciable de carne putrefacta, fue el mismo de siempre, el que se va de vacaciones a las islas del caribe, vuelve sonriendo con un ramo de rosas, que marchitan tu piel, se comen tus hiperactividades y calvean tus bigotes. Al parecer no queda más que decir, si al sentirte dentro, no puedo mirar correctamente ninguna de tus lencerias, tus ojos, tus orificios, no puedo percibir tus perfumes, tus aromas, tus destellos, no puedo cantarte al oido, sin pensar en mis errores, en tus golpes, en tus gritos, no puedo acariciar tu piel, tu boca, tus muslos, no puedo, no debo, no quiero, no me provoca. No sé que dice tu carne, no entiendo la danza frente al espejo, frente al retrete, frente a la luna, no me provoca, no quiero, no debo, no puedo. Trate de beberte más lento, más suave, pero aún así no comprendo porque me acerco al borde y me das la espalda...Autor: Andrea s

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Me encanta masturbar a una mujer.

Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó

Poema Amor Verdadero de William Shakespeare

No, no aparta a dos almas amadoras adverso caso ni crüel porfía: nunca mengua el amor ni se desvía, y es uno y sin mudanza a todas horas. Es fanal que borrascas bramadoras con inmóviles rayos desafía; estrella fija que los barcos guía; mides su altura, mas su esencia ignoras. Amor no sigue la fugaz corriente de la edad, que deshace los colores de los floridos labios y mejillas. Eres eterno, Amor: si esto desmiente mi vida, no he sentido tus ardores, ni supe comprender tus maravillas.

Guerra

Yo te miro y mi rabia te toca Cuando grito sin usar la boca Y mi furia se come a la gente Porque muerde aunque no tenga dientes El dolor no me causa problema Hoy los dolores recitan poemas El mundo me lo como sin plato El miedo a mí me limpia los zapatos El fuego lo derretí Hoy las pesadillas no duermen Porque piensan en mí Hoy puedo ver lo que el otro no vio Y los pongo a rezar aunque no crean en dios Hoy las lagrimas lloran antes morir Y a los libros de historia los pongo a escribir Que le tiemblen las piernas al planeta tierra Hoy yo vine a ganar Y estoy hecho de guerra Hecho de guerra Y estoy hecho de guerra Los pongo a rezar Soy el boquete Que dejó la bomba que cayó Lo que fecundó la madre que me parió Desde que nací soy parte de este menú Porque yo llegué al ovulo antes que tú Soy la selva que corre descalza En el medio del mar sobrevivo sin balsa Soy el caudal que mueve la corriente Los batallones que chocan de frente Mis rivales que vengan de