Sonzacarte esta misma tarde, para que estés listo antes de que caigan las once, ruleta de acordeón, corazón incesante ¡despierta!, quiero verte contento, asomate a la ventana o abreme la puerta, escapa sólo esta vez, ocupaciones, responsabilidades, obligaciones y demás... Mi Amor, templado, suave, delicado, mi universo, inmenso, infinito, mi silbido, feliz. Inyectame de adrenalina, para rendirme a tus pies ungidos, dejame reposar debajo del arbusto de amor con tus caricias; Mi folclor, melodía, Cóndor. Podrias leer todo el libro de cantar de los cantares, pero no entenderias que va mas alla de una pasión lo que estoy sintiendo. recien horneado, calmante de mi tormento, no encontré la manera más sutil de escribirte un verso donde describiera tanta belleza barranqillera de un hombre, un verso chiquitito donde cupiera tanta majestuosidad incoherente; la aurora se asoma y lo único que se me ocurre es regalarte un rosa, para desfilarla por tus piernas o para que la riegues en verano con tus ojos, eres mi golondrina tranquila, mi fresco natural amor de juventud, sin tanto perendengue como le dicen en mi región, con colores o a la intemperie de la nochecita, nos vamos al rincón y comencemos bailando. Amor tropical, con tus dulces besos de agua transparente y cristalina, como la que se derrama por las piedras de minca en la samaria, donde la emoción no me cupo en el pecho, mi letardo de amor. Mi vallenato de ternura, de ese vallenatico viejito de la sabana, de ese camino largo. Nube de aguardiente, me embriague. ¡Oyeme! ya llegó la hora de calmar la parranda, porque quiero dormir, pero junto a ti, y no te sorprendas, porque en silencio nos envolvemos en la hierba; Mi palomita, entregado, vitamina de mis reacciones. Suave miel, néctar. Quédate amor, mirame la desesperación, las ganas, ahora comprendes, Mi auxilio, deseo, sonrisa. Te haré cosquillas hasta la madrugada, que a antes que salga el sol yo te llevo a tu habitación...Autor: Andrea s
Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó
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