A la edad de 12 años empecé escribiendo monólogos sin saber que era, como se comía eso. En mi ignorancia danzaba con la tinta en mis piernas siempre cerradas, corría con el falso remendado hasta 15 dedos arriba de la rodilla, pero esa noche cuando el punzón desgarraba mi pecho, y los golpes taladraban la pared, decidí reconectar mi mente a la realidad, me hundí lentamente en la bañera, cante por la ciudad, tararee las letras más bonitas que pueden haberse escuchado, grite en medio de los transeúntes, recorrí las carreteras sin mapa. Esa noche me bañe bajo la lluvia, cayeron mis atavíos, mis arrebatos, mis loqueras. Cuando me entere de tu traición y tus usadas frases chicaneras, me mire frente al espejo, sonreí, y escribi el monologo del amor, donde ni tu estas incluido, ni donde yo soy la protagonista, un monologo del hombre soñado en el mundo utópico donde las rodillas se doblan, al sonar las campanas…Autor: Andrea s
Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó
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