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Mar dalhí

Como un rayo de luz entraste en mi oscuridad, remota y olvidada por la soledad y el silencio, sabrá quién, cómo me iluminaste el corazón, con tu mirada, con tu sonrisa. Fue entonces cuando entendí que un lucero es cuestión de verte sonreír, y que la luna abría sus brazos para acoger las más hermosas melodías que son las sílabas de tu voz. Mi problema resultó siendo la lluvia derramada de mi alma, que en cuestión de segundos se encantó con tu holgada presencia. Me alegré cuando te vi, mi camino se juntó con el tuyo y no pude detenerlo. He susurrado al universo, con mis ojos cerrados el calor de tu majestuosa presencia, pero he de padecer en mis estrellas, al saber que tu perfume es propiedad de alguien más. Como quisiera pertenecer a la estricta organización de tu mente, y vincularme en los intrínsecos momentos de tus pensamientos, pero vano es. He de dejarte esto, para que me olvides con los ojos abiertos y tengas presente que yo nunca te olvidaré...Autor: Francisco Diaz

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Me encanta masturbar a una mujer.

Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó

Poema Amor Verdadero de William Shakespeare

No, no aparta a dos almas amadoras adverso caso ni crüel porfía: nunca mengua el amor ni se desvía, y es uno y sin mudanza a todas horas. Es fanal que borrascas bramadoras con inmóviles rayos desafía; estrella fija que los barcos guía; mides su altura, mas su esencia ignoras. Amor no sigue la fugaz corriente de la edad, que deshace los colores de los floridos labios y mejillas. Eres eterno, Amor: si esto desmiente mi vida, no he sentido tus ardores, ni supe comprender tus maravillas.

Guerra

Yo te miro y mi rabia te toca Cuando grito sin usar la boca Y mi furia se come a la gente Porque muerde aunque no tenga dientes El dolor no me causa problema Hoy los dolores recitan poemas El mundo me lo como sin plato El miedo a mí me limpia los zapatos El fuego lo derretí Hoy las pesadillas no duermen Porque piensan en mí Hoy puedo ver lo que el otro no vio Y los pongo a rezar aunque no crean en dios Hoy las lagrimas lloran antes morir Y a los libros de historia los pongo a escribir Que le tiemblen las piernas al planeta tierra Hoy yo vine a ganar Y estoy hecho de guerra Hecho de guerra Y estoy hecho de guerra Los pongo a rezar Soy el boquete Que dejó la bomba que cayó Lo que fecundó la madre que me parió Desde que nací soy parte de este menú Porque yo llegué al ovulo antes que tú Soy la selva que corre descalza En el medio del mar sobrevivo sin balsa Soy el caudal que mueve la corriente Los batallones que chocan de frente Mis rivales que vengan de