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Mostrando las entradas de enero, 2015

Algo escondido entre mis letras

Pequeña, tienes tanto potencial que mostrar, tanto talento que sorprende cuando abres tus delgados labios pálidos, pareces tan insignificante hasta cuando te levantas de la silla y empiezas a mirar a la audiencia, ¿no los has visto?, lo miro en tus ojos, un brillo ingenuo; Pequeña, has tenido tanto temor en tu corazón que empiezas a dudar de las palabras extranjeras, pero tus miedos te hacen presa de tus inseguridades y no sabes cómo tragártelo en seco, tu pasado te hace cautiva de algo que pocos entienden, limitándote a volar, siendo una palomita blanca de ojos saltones, no te detengas a pensar en la tristeza del ayer, decayendo para evadir la burla, el que escribe determina su destino, aunque sean pocos los que crean en él. Si sigues mirando atrás, pronto te hundirás en tu propio mar de mentiras y fulminante coqueteo, castrando sueños que nacieron contigo, yo también caí al estar lejos de ti, anduve en lugares remotos y oscuros, tal vez escribiendo en burdeles utópicas cartas, riéndo

PIEL CON PIEL

Las historias de amor, pasión y erotismo, ya están escritas o narradas, mayormente son las que hablan de la penetración furtiva del amor, muchos las conocen, algunas simplemente siguen el modelo de dicho escritor y otras aburren leer, desde el principio hasta su decepcionante final; “Me doy por vencida”, mi escuálido cuerpo no logra captar la diferencia de escribir y narrar para un ser u otro, a lo que me refiero es que hay un libreto para cada novela. En mi caso, hay millones de libretos vírgenes que me gustaría explorar en el cuerpo de un hombre, su contextura es perfecta, un hombre formado en diversas cualidades que me vuelven más temblorosa y nerviosa de lo que tiendo a ser, me niego a sus rechazos, me niego a seguirle la corriente de los cambios repentinos, me niego a escuchar sus frases tontas de algún defecto, su altura, su porte, aunque no tiene equilibrio en ciertas partes de su cuerpo, tiende a resbalarse sínicamente, a pisar a la gente con destreza educadamente, a derramar