Hay códigos en las lecturas, por eso me prometí, a
mí misma, escaparme de la fantasía y hacerte un fragmento lleno de recopilaciones
y jeroglíficos, la verdad, no tengo mucho para ofrecer, seré sincera, tal vez
puedas tomar mi corazón (esta algo maltratado, bofeteado y escupido). Prometí
escribir algo para identificarnos con el “lenguaje del amor”, algo que
entendiéramos solo los dos, todo lo que he vivido contigo; necesito algo más de
tiempo, necesitaría 1.000 años, 1 año para mirarte detrás de la cortina, 10
años para escribirte, 100 años para adorarte, y los otros restantes, para
empezar a vivirte, pues, no es tan fácil expresar con dos manos y un cerebro,
todo lo que estoy maquinando, realmente siento que, puedo hacer esto bien sin que
me acurruques el cuerpo. Me sentía muy bien cuando no te conocía, no tenía
lugar la tristeza o alguna clase de dolor, fui conformista con alguna
oportunidad que se presentara, y en lo absoluto como todas las personas, llore,
reí. Me sentía tan bien; pero cuando mis ojos determinaron hasta el color de tu
pantaloneta, supe que faltaba algo más en mi vida, sentí que no podía
conformarme, siendo solo un parasito, desechado y repulsivo, entonces decidí
tratar de volver a verte, pero no aparecías, fue caótico, pero no le di
importancia. Siempre estoy necesitando algo más, me sentía amada aparentemente,
valorada, y llegue a sentirme feliz, aunque aún no quería apresurarme, pero era
lo único que podía ser satisfactorio, respiraba signos de un aire de grandeza,
y me lancé a ti, me acurruque nuevamente en tu cuerpo. Para describir lo que
estoy pensando, necesito que apagues el foco, enciendas las velas, y te
desconectes de la tecnología, no tener mucho a nuestro alrededor, solo estar
seguros de lo que podrá pasar; si llegáramos a cerrar la puerta (dejáramos
pasar el enojo, el dolor, la ira, el rencor, será todo más fácil). Sin
complicaciones. Así lo hemos venido haciendo, Se han perdido los ecos; Primer
acontecimiento; Agosto, tuve el descaro de llamarte, fue la tercera vez, en el
tercer intento, me miraste, porque la primera vez no sabías de mí, y en la
segunda solo pase por desapercibida. Todas las historias tienen frustraciones,
pero, la historia de hoy, será de unos jóvenes, quienes estaban algo pálidos,
de la pena (sobre todo ella), hicieron otra clase de cuento, en el que el
placer se mezclaría con el deseo, mientras tratan de borrar el pasado
imperfecto, temblaban desde la cúspide frontal de su cabeza, hasta los dedos
quemados del frío, adherido al piso, desde todas las noches continuas a esta,
comenzaron a conocerse, y poco a poco, a desnudarse como requisito, de una
obligación a verse a profundidad, era un apetito desde antes de nacer, un poco
más a fondo de lo que ya conocían, nadie sabe cómo suceden estas cosas, solo
suceden de la manera más inexperta, con lujos y detalles solo hicieron nacer el
amor, la piel estaba por fin al descubierto, después de largos intentos, por
fin pudieron sentir la fibra del otro, se vieron, se admiraron, se desearon, y
se amaron, una vez más. La sombra del árbol reflejaba en sus cuerpos, pero no
se veía tan claro porque las cortinas ocultaban la naturalidad sus vellos, su
piel melancólica, baila ¿Te ha pasado antes?, no tengo memoria de mi pasado.
(le dijo, mientras la vestía en la oscuridad de la noche)...Autor: Andrea s
Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó
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