Quédate más, porque pase más de una década inventando poesía para forasteros ingratos, en medio de la ignorancia, el desprecio y la estupidez, buscando entre los arbustos, el cielo y el ayer, la forma más rápida de tener mil y un aventuras, sin necesidad de sufrir ni un poco por las consecuencias; todo estaba a la alcance de mis dedos, hasta que hiciste sentirme con los tuyos, desear que estuvieras ahí, aunque mi error haya sido dejarte ir, y sufrir por tu corta ausencia, que se hacía más larga al pasar los milenios (de esos supuestos segundos), que son martillos clavando en mí, cada vez que te vas, porque siento que te llevas una parte de mí, cada vez que parece difícil la situación y no sabía cómo explicar tantos deseos que tienen aspecto de necesitarte más, pero ahora que otra vez estás haciendo tus muecas en una cama pálida, comprendo que es mejor estar en tu pecho toda una vida, que pasar una eternidad buscándote en medio de la soledad, no sabes lo satisfecha que me siento, pero lo insaciable que me haces sentir; ahora que te asomas con tus gestos en mis desgarres vitales, podre escribir nuestra historia, es mejor pasar mil años a tu lado, que estar un día sin ti, y no podría evitar lo que digo, porque en mi mente, un piano sonara de fondo, con campanas verosímiles, parecidas a medias veladas que caen del firmamento, y te gritare: “quédate una vez más”, hagamos cosas extrañas, besemos nuestras mejillas, toquemos el corazón de los dioses, mientras llamamos el amor, con sensaciones perceptibles a los sentidos...Autor: Andrea s
Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó
Comentarios
Publicar un comentario