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Mostrando las entradas de junio, 2014

Rumbo a la gloria

¡Wuao!, fue lo único que pude decir cuando lo miraba fijamente, tratando de ocultar mi interés en la delicada forma de su mentón, (me fue imposible). Tenía una curvatura entre sus mejillas y sus labios, que no sabría describir con exactitud la belleza de su angelical rostro, les digo, no es la clase de tipo que simpatiza al instante, lo sé porque de tal manera tengo que analizarlo para no equivocarme en lo que estaré a punto de decir, más bien, aquí entre nos, es la clase de hombre que abre una cavidad pervertida en mis criterios femeninos, pues soy esa clase de mujer que se excita al ver su cabello revoloteando sobre la silla, con una volatilidad tan intensa y una naturalidad tan espesa, como el día que puso sus manos sobre mi ombligo, y desperté siendo una mujer, a veces siento una cantidad de baba salir del orificio, es la revocación sensorial de mi exuberante sentido, es decir, me entra la calentura, al parecer los cabales de este escrito han perdido la dirección, pero dime... ¿com

Forasteros de sextina.

Quédate más, porque pase más de una década inventando poesía para forasteros ingratos, en medio de la ignorancia, el desprecio y la estupidez, buscando entre los arbustos, el cielo y el ayer, la forma más rápida de tener mil y un aventuras, sin necesidad de sufrir ni un poco por las consecuencias; todo estaba a la alcance de mis dedos, hasta que hiciste sentirme con los tuyos, desear que estuvieras ahí, aunque mi error haya sido dejarte ir, y sufrir por tu corta ausencia, que se hacía más larga al pasar los milenios (de esos supuestos segundos), que son martillos clavando en mí, cada vez que te vas, porque siento que te llevas una parte de mí, cada vez que parece difícil la situación y no sabía cómo explicar tantos deseos que tienen aspecto de necesitarte más, pero ahora que otra vez estás haciendo tus muecas en una cama pálida, comprendo que es mejor estar en tu pecho toda una vida, que pasar una eternidad buscándote en medio de la soledad, no sabes lo satisfecha que me siento, pero

me acurruca el cuerpo

Hay códigos en las lecturas, por eso me prometí, a mí misma, escaparme de la fantasía y hacerte un fragmento lleno de recopilaciones y jeroglíficos, la verdad, no tengo mucho para ofrecer, seré sincera, tal vez puedas tomar mi corazón (esta algo maltratado, bofeteado y escupido). Prometí escribir algo para identificarnos con el “lenguaje del amor”, algo que entendiéramos solo los dos, todo lo que he vivido contigo; necesito algo más de tiempo, necesitaría 1.000 años, 1 año para mirarte detrás de la cortina, 10 años para escribirte, 100 años para adorarte, y los otros restantes, para empezar a vivirte, pues, no es tan fácil expresar con dos manos y un cerebro, todo lo que estoy maquinando, realmente siento que, puedo hacer esto bien sin que me acurruques el cuerpo. Me sentía muy bien cuando no te conocía, no tenía lugar la tristeza o alguna clase de dolor, fui conformista con alguna oportunidad que se presentara, y en lo absoluto como todas las personas, llore, reí. Me sentía tan bien;