Han pasado 90 años, y en estos últimos 328.717.979 días he pensando que, me quedaré contigo, por muchas, y a la vez pocas razones, de esas razones por la que he decidido quedarme contigo, es que, ya tu lo habías hecho conmigo, y estoy un poco aburrida de la cursilería barata de los imbéciles, te quedaste cuando nadie más lo hizo, cuando nadie daba un peso por verme sonreír, yo vi a todos como se albergaban en el camino ancho, dejando mis maletas en la carretera, porque vi a todos los que, sin contemplación decidieron irse, me quedaré contigo por simples motivos, he hallado en ti, lo que en muchos hombres vi, desee y suspire por tener, y ahora, nos quedaremos los dos, ya que recolectas, lo que nos hace falta, me quedaré contigo porque me sabes acariciar, sabes esperar, sabes lo que me agrada, mis indirectas, sabes escuchar, sabes controlar mis ansias, mis desespero, sabes desempolvar mi alma, satisfaces mi hambre incontrolable, sabes escribirme en la cama, sabes tenerme entre tus brazos, me contemplas y me comprendes, y si aún, no te has arrancado los cabellos de tu cabeza, es por una razón, han pasado 90 años y agradezco que recordarás el porqué te quedaste conmigo, si me equivoco una vez más, que sea a tu lado, preferiblemente que me declararen a tu lado para la eternidad, pero me quedaré contigo, Sé que no debo contarles, y quizás no les interesa, pero nunca estuve tan feliz como me puedes encontrar ahora, él se quedó conmigo, por tal motivo me quedaré con él, no me he movido de esta blanca banca, y estoy esperando que llegue a este lugar para sentarme con él, en vida se lo dije, espero me recuerde, porque le brinde mis épocas, mis años y al lado de mi hombre, fui feliz... Autor: Andrea s
Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó
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