Algún día tendré la oportunidad de verte a mi lado, de día, de noche, sostener tu pecho colgado de mi ceguera, porque estoy harto, de no verte despertar en estas frías madrugadas desconocidas, junto a mi, ¿hasta cuando?, posiblemente es más notorio determinar el fracaso, pero poco visible este amor que te he demostrado en acciones, porque no soy un charlatán, porque soy un hombre que muere vibrando por tus besos, así como te has ido, espero puedas volver, déjame imaginarte otra vez más, deja volar mi imaginación, con 2 de los grandes secretos que escondes en un corpiño de talla grande, con una mínima cantidad de saliva que me de energía para gastar yendo por ti, caminando por largas horas sólo para verte humeante de sudor, ¡joder, lo lamento!, es que así, es la única manera de verte agitada, agotada y cesante; mil noches sin desmayar, sin dormir, para poder verte. ¿Importa que tengas ojeras, a causa de tanto desvelo? Si no es así, déjame admirar y detallar esos ojos cínicos, esas son las mejores musas para mis telarañas, telarañas que andan olvidadas y veteranas, telarañas que no creen en el primer chiflido de una mujer, esas que pierden la esperanza rápidamente, esas que desconfían fácilmente, hasta de una mariposa sin alas en el piso a medio morir; porque la vida me enseño a mirar a la derecha, a la izquierda, adelante, atrás, arriba, abajo, a las diagonales, y a esa mariposa en el piso a medio morir.
Lo mejor de todo, es que sabes lo que tengo, lo que puedo ofrecer, tienes mi corazón, que es sincero, pero haz algo que cierre las heridas, sobre todo porque sé, lo bueno que es sentirse amado.... Autor: Andrea s.
Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó
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