La lluvia era muy fuerte, y para ese entonces nos abrigamos, estuvimos dentro de una casa abandonada, acompañados por unas cuantas goteras en el tejado, pero nada porque preocuparse, se podria solucionar, para nosotros era muy comoda, todo fue color de rosas rojas en primavera, y para ser 2 personas a la mitad de la nada, era muy perfecto ese lugar, lejano al ruido de la enorme ciudad. Recuerdo que había un cigarrillo mentolado, y nos apresuramos a empaparnos de calor, así que solventamos distribuirlo, de cualquier forma que cuando lo fumaras, antes de botar la nube gris, darme un osculo descomunal, profundamente emanado para sentir el calor de tus labios y del cigarrillo mentolado, posiblemente esa noche rompimos en respiraciones agitadas, y nuestros huesos bailaron al ritmo tembloroso de la lluvia... Autor: Andrea s
Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó
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