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Anastasia y el trapecista

No daré noticias apresuradas, solamente me sentí confiada mientras me abrazaba. ¿Quien no?, es un apuesto joven, quien constantemente, presenta una presencia de confianza, sin darme cuenta, aquel estudiante de derecho; no tuvo derecho a robarme una sonrisa, pero atrevidamente lo ha logrado, y mas, cuando estas llorando silenciosamente, debajo de un gran árbol con colores fascinantes, con auriculares blancos, repletos de momentos, recordando lo cruel que has sido, con el corazón ajeno de un hombre sabio. Para los pasos lentos que han transcurridos, hoy me di cuenta que estos meses, no has perdido del todo tu tiempo, razones por las cuales he notado que mis historias te han dado el doble de sabiduría para tomar el control de mis actos, has aconsejado a mis demonios, al pie de la letra, ya que, la confianza de hermano mayor te la has ganado, pero reprochas ser mi amigo, o mi hermano, ¿acaso no lo eres?. Solamente te escuche unas 666.666 veces cuanto me quieres, y darías todo, y aun, insistes en dedicarme ese tiempo, sostenerme cuando me deshago de cobardía, la verdad te he mirado como una parte esencial de compañerismo, de valor, pero, hoy al tropezar y derramar mi café en tus libros de poesía, y enredar mis auriculares en tu morral, y reírnos de tanta estupidez, comprendí que me mirabas de la misma manera como el primer día de clases en la universidad, con ojos claros llenos de sincero resguardo, una protección tan insoluble y palpable. Has escuchado las malas decisiones, las malas pasadas que dejan agrias tristezas, un pasado de retos desechados, sueños rotos de una cantante, mas agotada que ayer, acobijando mas de lo normal, ¿que te pasa, porque actúas de esa manera?, sabiendo como soy yo, mis locuras, mis ánimos, mis arranques, mis enojos, y solo me miras y ríes con ternura picara, mordiendo tus labios y mirando los míos...Autor: Andrea s

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Me encanta masturbar a una mujer.

Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó

Poema Amor Verdadero de William Shakespeare

No, no aparta a dos almas amadoras adverso caso ni crüel porfía: nunca mengua el amor ni se desvía, y es uno y sin mudanza a todas horas. Es fanal que borrascas bramadoras con inmóviles rayos desafía; estrella fija que los barcos guía; mides su altura, mas su esencia ignoras. Amor no sigue la fugaz corriente de la edad, que deshace los colores de los floridos labios y mejillas. Eres eterno, Amor: si esto desmiente mi vida, no he sentido tus ardores, ni supe comprender tus maravillas.

EL FINAL DE UN LIBRO DE AMOR

T odo ser humano tiene su don, su talento, su propósito, así mismo, todo artista dedicado tiene su gran obra maestra, su best seller, algo maravilloso que lo impulsa al estrellato, al reconocimiento o que lo deja en memoria eterna para el resto que queda y los que han de venir, algo que nunca jamás volverá a existir a los ojos de los hombres, y eso debes saberlo; sino encuentras la respuesta en el plano físico de tu gran obra, tal vez tu mejor obra, tu gran obra maestra seas tu mismo. Tuve un primer único amor, así que, toma con calma esta despedida… Aquí  estoy haciendo mi gran obra en ti, tratando en de encajar en un lugar pequeño, apretado, vacío, pálido, incompleto, insensato y muchas veces grotesco con personas a las que creí conocer; y no hablo de sueños, ni de espacios, ni de personas. Fluyendo en el limbo a tu lado, sin saber lo que me espera mañana. Y justo aquí, en este justo momento donde despierto de un mal sueño de muchos años, ha venido una premonición que revela el re