Era una buena tarde, típica como siempre, Andy Estaba de nuevo desvelada por los pensamientos negativos. estos llegaban a ella cuando los mensajes del chico no daban luz verde,ya que esos mensajes por extrañas y egoístas razones no llegaron a la hora precisa. Hora precisa que quizás no fuese sido la causa del nuevo amor interno de la computadora. Lo que trato de transmitir es una realidad de machismo soluble; machismo que fulmino la etapa del año de graduación, un año de presiones, nuevos pensamientos (aparentemente maduros)y mas calientes que el año anterior. pensamientos que se venden como pan azucarado en una panadería de confianza. complicada, enredada, vacía, pero con ciertas ganas de volver a enamorarse sin enamorarse ¿tiene lógica? quizás no. Esa misma tarde el señor Maurello transformaba su mundo, de una manera lenta pero segura. pero para Andy (la chica loca conocida por la población) todo lo rojo es negro y lo negro es blanco azulado. su comportamiento es terco y sulfurante, su actitud es excitante y fugaz. Para ellos a veces es fácil caer en una mirada picara y coqueta, con toque de inocencia y amnesia, que en pocos días tendrá 90% de probabilidades en la oportunidad para conquistar, una mirada que perfora el rencor, el odio, el resentimiento, la intriga, el miedo, el temor. Una mirada que permite cambiar los besos en un balcón por las caricias suaves en los sueños mas remotos, Era su ultimo primer beso en el purgatorio Metalico... Autor: Andrea s.
Ver como su cuerpo se estremece, sus ojos se pierden y su respiración se hace mas forzosa. Me gusta jugar con el ritmo y la velocidad, que mis dedos dancen en su entre pierna, mientras mi boca explora su piel, juguetea con sus pechos, dando pequeños mordiscos, sutiles pero apasionados. Me gusta arrancarle gritos y una que otra palabra sucia. Me gusta que se despoje de todo prejuicio y sea quien desea ser todo el tiempo. Me gusta que entre la lujuria y la pasión me desgarre, que se haga mas frecuente su respiración, que arda la piel y justo en el éxtasis del momento, llegue al clímax cortando con un grito. Un grito diferente, uno que es mas silencio. Como si muriera momentáneamente y despertara con una sonrisa, una completamente sincera. Me encanta masturbar a una mujer, por que cuando acaba, significa que apenas empieza lo mejor. No estoy hablando de sexo señores, hablo de esa complicidad, esa intimidad que solo se consigue con la confianza mutua de hacerse el amor... Autor: Anó
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